Por MDO/E.P.
La ‘número tres’ de la lista de Unidas Podemos en las elecciones del pasado cuatro de mayo, Vanessa Lillo, representante de IU en la alianza, ha calificado de «desahogo tras una campaña bastante difícil» el audio de WhatsApp filtrado en el que llama «ratas y sinvergüenzas» a compañeros de Podemos.
En tal mensaje, adelantado por ‘ABC’, la miembro del Congreso de los Diputados elegida usaba estos términos contra los miembros de Podemos por no informarle en la noche electoral de las pretensiones de Pablo Iglesias, al quien acusa de «ni tan siquiera mentarle» en su despedida a pesar de «haber puesto el gepeto» y acompañarle en esa escenificación.
Conforme apunta Lillo, que se sintió «tapada» a lo largo de la campaña electoral, los miembros de IU no participaron en la asamblea de la Ejecutiva improvisada de Podemos, en la que tras los primeros resultados iniciales Iglesias tomó la resolución anunciar que dejaba la política activa, con lo que sería la única que no conocía sus pretensiones cuando subió al atril esa noche.
«Lamento que el audio, sacado de conversaciones desarrolladas en la amedrentad, pueda haber hecho daño o bien insultado a alguien. De ser de este modo, solicito excusas por esta razón. Dicho audio corresponde a una charla privada de un campo absolutamente extraño a la política que consideraba «de confianza» desde hace muchos años. Lo que hace todo más doloroso, si cabe», se explica Lillo esta tarde en su cuenta de Twitter.
Tras los sucesos generados en las últimas horas tras la filtración de un audio, veo más que preciso trasmitir una serie de cuestiones:
[ABRO HILO]
— Vanessa Lillo? (@VaneLillo) May siete, dos mil veintiuno
Remarca que no se trata, por ende, de declaraciones, en tanto que «jamás he hecho declaraciones públicas ni he filtrado nada relativo a diferencias internas, normales en cualquier espacio político, habiendo usado siempre y en toda circunstancia los cauces internos para solventarlas, y proseguirá siendo de este modo».
La parlamentaria regional asegura que la publicación de este audio supone un delito y un atentado contra su amedrentad, aunque puede comprender «el daño que ha podido ocasionar el hecho de que fuera utilizado de forma pública». «Mucho menos mi pretensión era que se sacase de su contexto, como ha sucedido», manifiesta.
«Siempre y en todo momento he actuado con responsabilidad y no era mi pretensión producir este estruendos, con lo que era un desahogo tras una campaña bastante difícil, tal como trasladé in situ a ciertos compañeros de la candidatura la propia noche del recuento», apunta Lillo.