La actriz y comunicadora Laura Valenzuela ha fallecido en la villa de Madrid a los noventa y dos años.

Ha pasado medio siglo desde el instante en que la sevillana Laura Valenzuela anunciase su retirada de la T.V. y el cine para dedicarse a la familia. Mas en cincuenta años no ha desaparecido su memoria: ha seguido siendo un personaje popular y querido.

Siendo adolescente ya estaba con la familia en la capital española. Hasta llegar al estrellato televisivo tuvo múltiples trabajos, como mecanógrafa a lo largo de 3 años en Comercial Anónima Blanch. De ahí pasó a ser comunicadora en salas de fiestas y actriz de cine. Se puso el nombre de Laura en recuerdo a su abuela

Rocío Espinosa López, que así se llamaba verdaderamente Laura, fue a lo largo de prácticamente veinte años uno de los semblantes más populares de TVE. Empezó como ‘locutora de continuidad’, las que daban paso frente a la cámara a los bloques de programación. Junto a ella profesionales como Blanquita Álvarez, Maruja Callaved o Pilar Cañada se hicieron conocidas solo por anunciar lo que íbamos a ver ahora. A propósito, Pilar Cañada murió el trece de febrero de dos mil veintitres en el más absoluto anonimato.

Dio un salto cualitativo al presentar al lado de Joaquín Prat el programa Galas del Sábado, enormemente popular. Su consagración terminante se generó con la presentación, desde el teatro Real, del Festival de Eurovisión mil novecientos sesenta y nueve.

En paralelo a su trabajo en la pequeña pantalla, fue contratada para el cine. Ya en mil novecientos cincuenta y cuatro aparecía en un pequeño papel en El pescador de coplas. A lo largo de una década sus intervenciones en cine eran en personajes secundarios. En Los tramposos (mil novecientos cincuenta y nueve) ya empezó a resaltar y, hasta su retirada, protagonizó películas como Los a nivel económico enclenques, 1960; Trío de damas, 1960; Las hijas de Elena, 1963; La visita que no tocó el timbre, 1965; Los subdesarrollados, 1968; De profesión sus tareas, 1969; Pierna creciente, falda menguante, mil novecientos setenta y Españolas en la ciudad de París, mil novecientos setenta y uno.

En mil novecientos setenta y uno contrajo matrimonio con el productor José Luis Dibildos, que recibiría un Goya honorífico por su carrera en dos mil uno. Fueron los progenitores de la actriz Lara Dibildos. Nacida ese año. José Luis murió el año dos mil dos.

El distanciamiento de Laura de las pantallas no llegó a las dos décadas. La aparición de las cadenas privadas de T.V. salvó a numerosas figuras que se habían forjado en la T.V. pública. Laura Valenzuela fue una de ellas, cuando ya había cumplido los sesenta años. Y es que se hacía simpática desde el primer minuto que se ponía frente a las cámaras. Transmitía naturalidad y eso el espectador siempre y en toda circunstancia lo agradece. Probablemente consiguió ese aplomo en los tiempos heroicos de TVE, cuando empezaron a trabajar con una enorme precariedad de medios, prestos siempre y en todo momento los locutores a salvar cualquier inconveniente técnico. En dos mil cinco recibió el premio TP honorífico por su trayectoria profesional.

El año dos mil cinco superó un cáncer mama y separó sus apariciones profesionales. Aún en dos mil doce participó en la gala de la Academia de la TV, en la que fue premiada. En los últimos diez años estuvo dedicada prácticamente solamente a la vida en familia.

Laura Valenzuela (Rocío Espinosa López) nació en Sevilla el dieciocho de febrero de mil novecientos treinta y uno. Ha fallecido en la capital de España