Enraíza Derechos y la Universidad Pontificia Comillas han presentado este miércoles los resultados de una investigación sobre el desperdicio de comestibles en la capital. El estudio, bajo el título ‘Mirada cualitativa del desperdicio alimenticio en la urbe de Madrid’, financiado por el Municipio de la capital, ha revelado que los hogares madrileños tiran todos los años a la basura un total de treinta y uno kilogramos de comida. Esta cantidad de comestibles desperdiciados equivaldría a una media de ciento cincuenta euros malgastados por persona todos los años.
Para efectuar dicho informe, se han analizado 3 distritos madrileños con diferentes realidades en lo que se refiere a generación de restos familiares y basuras. Los resultados han desvelado que Arganzuela es uno de los distritos que menos restos y basura produce, al paso que Centro es uno entre aquéllos que más desechos se recogen. Tetúan, tercer distrito analizado, se hallaría en una situación media.
El principal objetivo de la investigación es entender el fenómeno del desperdicio alimenticio en los hogares madrileños con el propósito de poder orientar nuevas actuaciones más eficientes por la parte de los agentes sociales para eliminar la problemática.
Empieza la presentación del Informe #MiradaCualitativa #DesperdicioAlimentario en tres distritos de la villa de Madrid. Ahora la directiva de #EnraízaDerechos @MariGonLo apunta que «es indispensable medir para poder poner solución a un inconveniente que no podemos dejarnos» pic.twitter.com/a8L8g9mCl4
— Enraíza Derechos (@EnraizaDerechos) May once, dos mil veintidos
El estudio, que se ha efectuado mediante entrevistas a especialistas y usuarios, conjuntos de discusión de 6 personas y diarios de consumo, ha revelado, además de esto, que el término de “desperdicio” es entendido por los ciudadanos como un mal ética, social y político. La mayor parte de ellos, comprende el desperdicio de comida como una forma de faltar el respeto a aquellas personas más frágiles que no tienen exactamente la misma accesibilidad a dichos recursos. No obstante, a través del análisis se confirma que la mayor parte de los ciudadanos no son siendo conscientes de la cantidad que desaprovechan y no se consideran a sí mismos como personas desperdiciadoras.
Entre los comestibles que más se desperdician se hallan los productos frescos, seguidos de los lácteos, ciertos comestibles cocinados como el arroz y la pasta y distintos platos preparados, como salsas. Los motivos más usuales por los que se genera este desperdicio alimenticio son los fallos al calcular la cantidad de comestibles que se van a consumir, el hastío por consumir lo mismo un día más, el olvido y el temor a que los comestibles no se hallen en buen estado.