«Solo tengo en España a mi mujer y a mis hijos, no tengo más familia. Además de esto, mi último hijo hizo un año el sábado pasado y con esta situación, ¿de qué forma voy a sostenerlo ahora a él y a mi familia?», se pregunta uno de los extrabajadores del albergue municipal Mejía Lequerica -sito en el número veintiuno de la calle que le da nombre-. Nigeria es su país de origen mas lleva desde hace más de 3 años trabajando como limpiador para la CEAR (Comisión De España de Ayuda al Asilado) en este albergue en condición de asilado. Su suerte se truncó el cuatro de enero, cuando le reunieron al lado del resto de sus compañeros para informarles «de una mala nueva, prácticamente todos estábamos despedidos».

Su relato representa las voces de diez de los dieciocho trabajadores que formaban la plantilla del albergue Lequerica y que han sido despedidos tras la última licitación de servicios sociales por la parte del Municipio de la capital española. Tras múltiples años gestionado por CEAR, ha pasado a manos de una nueva empresa adjudicataria, Conjunto cinco.

El Municipio de la capital de España contaba con un pacto subscrito con la Comisión De España de Ayuda al Asilado, dotado con ochocientos cincuenta euros, para acoger en este albergue a personas migrantes en situación de extrema vulnerabilidad en régimen de protección temporal. Allá se les ofrece alojamiento de urgencia, cobertura en sus necesidades básicas y acompañamiento profesional para la mejora de su situación.

Los únicos requisitos que se solicitan para alojarse son adquirir el compromiso de pedir protección internacional; carecer de opción alternativa de alojamiento y no haberla rechazado caso de que le haya sido ofrecida por otros servicios municipales o bien otras entidades; carecer de una red familiar o bien social que le pueda ofrecer opción alternativa habitacional; y comprometerse a respetar las reglas de convivencia del centro. Abierto las veinticuatro horas los trescientos sesenta y cinco días del año, dispone de ciento veintiocho plazas distribuidas en veinticinco habitaciones, con una estancia máxima de 7 días.

CC.OO. (CCOO) ha denunciado esta situación laboral provocada por la política de licitaciones del Consistorio. Conforme explican desde la entidad sindical, la subrogación hace que se expulse del mercado de trabajo a “personas asiladas que precisan protección”. Este albergue, en el distrito Centro y dependiente del Área de Gobierno de Familias, está destinado al acogimiento temporal de familias con menores y/o mujeres solas, migrantes en situación de vulnerabilidad o bien urgencia social.

“Tras la última licitación del Municipio, ciertos puestos no han salido y en otros era condición singular de ejecución contratar a personas de inserción por medio de una compañía, en consecuencia los que estaban contratados por CEAR y NO han pasado a Conjunto cinco de entrada han sido despedidos”, ha explicado Álvaro Prieto, secretario general de intervención social FSC-CCOO. Desde la entidad sindical exponen que se está condenando al paro “en un contexto muy complicado para la utilización”.

De este modo lo comprueba el extrabajador del albergue: «No puedo pedir el paro por el hecho de que la cita que me han dado es para el seis de abril. ¿Qué comeré hasta esa data? El único dinero que tenía era el del finiquito y lo he debido utilizar para abonar el alquiler«, ha expresado. Además de esto, ha explicado a este diario que la actual situación provocada por la pandemia del coronavirus hace considerablemente más compleja la busca de un nuevo empleo. Sin embargo, y tambiénl hombre ha asegurado que está muy agradecido a CEAR, en tanto que le formaron profesionalmente por medio de cursos cuando llegó a España para después ofrecerle el puesto que ostentaba hasta hace apenas un mes. «Aun CEAR ha intentado hacer todo lo que resulta posible a fin de que todos nos quedemos con Conjunto cinco«, ha contado.

“El único dinero que tenía era el del finiquito y lo he debido emplear para abonar el alquiler»

Tras la obligatoria subrogación, los despidos se han producido en el personal de limpieza y de conserjería. Conjunto cinco aduce que de esta manera lo demanda el Municipio en los nuevos pliegos. Estas cláusulas señalan que el servicio de conserjería ha de ser reemplazado por una contrata de seguridad y en el caso del servicio de limpieza, ha de ser subcontratado con una compañía de inserción. Tal como ha expuesto el miembro de CCOO la villa de Madrid, “Grupo cinco se justifica aduciendo que ha cumplido escrupulosamente con las medidas y ha ejecutado las subrogaciones. En diez días ha hecho los diez despidos”, ha expuesto.

Conforme ha contado a Madridiario, Adrián, extrabajador social del Albergue Mejía Lequerica, la información que se aportó a los trabajadores la primera vez que fueron convocados era que la actividad iba a proseguir con normalidad pese a que hubiese cambios en la estructura de la administración del centro. «Todo el personal se iba a subrogar y sostendría su puesto», ha afirmado. No obstante, «el cuatro de enero, 9 de los trabajadores fueron convocados nuevamente, para teóricamente informarles de esas reestructuraciones que se iban a dar y fueron despedidos en el instante con baja en la seguridad social ese día«, ha explicado Adrián. Además de esto, conforme ha afirmado, todos y cada uno de los compañeros están en procesos legales por despido improcedente, los que la compañía considera como procedentes.

Aparte de los despidos en la plantilla de limpieza y seguridad del centro, asimismo se han dado entre integradores y trabajadores sociales. Este es el caso de Adrian, que ha detallado que la compañía le planteó una novación de contrato que reducía su jornada a la mitad y «lo rechacé y me despidieron aduciendo las condiciones del pliego del Municipio y que no había carga laboral para justificar el resto de la jornada«, ha constatado.

Por otra parte, la confederación ha recordado que las Empresas de Inserción no se rigen por el acuerdo colectivo de la actividad en cuestión, sino más bien por uno considerablemente más económico, lo que supondría transformar puestos «estables y en condiciones dignas, en puestos precarios y económicos». Como ha explicado el trabajador social del albergue, hoy una compañía de inserción está efectuando los servicios de limpieza y por ende, «son empleados que no trabajan en sus convenios sectoriales, si no que tienen una administración diferente y como bien se sabe, los servicios externalizados tienden a tener una peor calidad», ha denunciado.

Frente a las solicitudes de CCOO de recolocar al personal, la compañía se ha negado a resituar a los trabajadores en otros dispositivos que esta administra. “Nosotros les hemos escrito y les hemos planteado múltiples propuestas mas la contestación fue que se incorporarán a la bolsa de empleo que tiene Conjunto cinco. Esto tiene un hándicap, y es que se incorporarían como externos, no formarían una parte de la promoción interna”, ha explicado Álvaro Prieto a Madridiario. En este sentido, el exlimpiador ha explicado con gran preocupación que «nos han despedido sin ningún género de opción ni justificación. Ha sido como ‘vete a buscar la vida'».

Dada esta situación, «desde CCOO y la plantilla actual del albergue estimamos que es un trato injusto y que empeora la calidad del servicio de atención a las personas y de la propia condición de las personas asiladas», ha expresado el extrabajador social.

Por todo ello, desde el sindicato se demanda al Municipio de la villa de Madrid la reincorporación inmediata de los trabajadores despedidos puesto que estiman que es inaceptable que el Consistorio, “en complicidad con otras empresas gestoras, pretenda precarizar de este modo estos servicios sociales y la utilización creado con dinero público con el fin único de abaratar costos y acrecentar las ventajas empresariales”.

Conforme fuentes del Área de Gobierno de Familias, Igualdad y Bienestar Social, en el Mejía Lequerica se ha pasado de la fórmula del acuerdo a un contrato, puesto que explican que es un servicio que para prestarse con calidad y trasparencia debía abrirse a la competencia. «Esto significa más trasparencia en el proceso, puesto que se ha adjudicado a la compañía que ha ganado un concurso público y que, por consiguiente, ha presentado el proyecto que mejor se ajusta a los pliegos», han expuesto.