Los vecinos de El Cañaveral recorren 5 quilómetros hasta sus centros de salud de referencia, el Villablanca de Vicálvaro o el Jaime Vera de Coslada. Para llegar al primero, vehículo privado o esperas de veinte minutos en paradas «sin marquesinas en las que poderse proteger». Para asistir al médico en el ayuntamiento lindante, turismo particular o un autobús con una frecuencia de paso que supera la hora. Mismas escasas opciones alternativas para llegar al instituto público más próximo, con progenitores que «procuran en el conjunto de Fb del distrito quién puede llevar a sus hijos», apelando a una solidaridad ciudadana que es de lo poco que no carece este nuevo desarrollo de la capital de España en el que radican doce personas y que tampoco dispone de polideportivo, centro cultural o biblioteca. «Tan simple como decir que no hay de nada y que nos hace falta todo», resume Marta Llorente, presidente de la Asociación de Vecinos de El Cañaveral, uno de los dieciseis campos llamados a exponer sus ideas para prosperar los PAU en la consulta ciudadana lanzada por el Municipio.
El área de Desarrollo Urbano que dirige Mariano Fuentes impulsa esta encuesta cuyo objetivo se específica en «conocer la opinión de los vecinos y priorizar la inversión en aquellos equipamientos que sean más precisos a fin de que tengan exactamente las mismas ocasiones que el resto de distritos». Este proceso participativo se va a abrir el próximo veintiuno de marzo en la plataforma Decide la villa de Madrid y en un plazo de treinta días los interesados van a poder contestar a cuestiones como «¿cuál es la primordial forma de desplazarse para los menesteres rutinarios?» o «¿qué mejoras serían precisas en estos ambientes?», en referencia a los nuevos desarrollos urbanísticos que pueden participar y que suman trescientos siete mil setecientos doce habitantes: Riachuelo Fresno I, Riachuelo Fresno II, Montecarmelo, 3 Olivos, Las Tablas, Sanchinarro, Valdebebas, El Cañaveral, Las Rosas, Valdebernardo, Valderribas, El Espinillo y los ensanches de Vallecas, Carabanchel, San Blas y Este de Pavones.
La contestación vecinal a la propuesta es prácticamente unánime. «Es de tener poquísima vergüenza que a un par de meses de las elecciones deseen escucharnos cuando llevamos 4 años demandando dotaciones a este Gobierno», apunta Rosa María Pérez, presidente de la Asociación Vecinal PAU Ensanche de Vallecas. «Resulta obvio que es un acto electoral y nos toman el pelo a los vecinos», remacha. Idénticas palabras emplea Mónica Puentes, presidente de la Asociación de Vecinos de 4 Vientos, en el PAU de Carabanchel: «Entendemos que es una parte de la campaña y no deseo decir que es una tomadura de pelo, mas es que llevamos años con muchas necesidades, procurando lograr algo y nada». Marta Llorente, de El Cañaveral, asimismo piensa que el Consistorio «nos está tomando el pelo en parte». «Se agradece que den la palabra a los ciudadanos, mas ¿solo lo hacen cuando se aproximan las elecciones?», puntualiza. Como nota discorde entre la crítica general, la presidente de la Asociación de Vecinos de Valdebebas, Mirta Veiga: «La encuesta es excelente y si bien estén por medio las elecciones lo que solicitemos, escrito queda».
Desde el movimiento vecinal recuerdan que la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos ya publicó en el mes de febrero un completo informe de sesenta y cuatro páginas que recoge las demandas de quince nuevos distritos de la capital y otros ayuntamientos madrileños. «Lo mandamos a todos y cada uno de los conjuntos políticos del Municipio y de la Reunión y solo nos atendió el Partido Socialista Obrero Español. Lo tienen todos, incluido Mariano Fuentes, mas o no ha querido verlo o le resulta más rentable hacer esta publicidad«, traslada Mónica Puentes. Ese documento de la FRAVM contempla solicitudes de distritos poblados de residencias, mas sin servicios básicos en los que «queda a años luz» la teoría de la ‘ciudad de los quince minutos’ que conforme una investigación de Cibeles sí se cumple dentro de la M-treinta.
Las prioridades de los nuevos desarrollos
«Nosotros a una cuarta parte de hora no tenemos nada», señala la presidente de la AV 4 Vientos. Al hospital más próximo tardan veinticinco minutos y gastan hasta cuarenta minutos en el desplazamiento a pie a un polideportivo. Hasta veinte minutos para ir al instituto público y más de una hora para hacer uso de una biblioteca. «El aeropuerto, la M-cincuenta y la A-cinco nos hacen frontera y la movilidad muy difícil. Estamos en tierra de absolutamente nadie y solo tenemos una línea de autobús con una cadencia muy, muy lenta», se protesta Puentes. Asegura que ya han pedido la ampliación de cabeceras y la creación de líneas veloces que los conecten con puntos como Aviación De España o Aluche, mas la contestación ha sido negativa. «En el Consorcio comprenden que cogiendo dos autobuses ya podemos llegar a algún lugar», censura.
En esta zona del Ensanche de Carabanchel apenas cuentan con una escuela infantil. Ni indicio de instituto público, biblioteca, centro social o polideportivo. Consideran «esencial» contar con de una instalación deportiva, mas en los planes consistoriales solo tiene cabida un gimnasio a fin de que el se ha cedido suelo a la compañía privada, un proyecto que «no es lo que precisa el distrito» y que se halla en «trámite de alegaciones». No es la única lucha que libran, puesto que los vecinos asimismo se han manifestado contra la construcción de un cantón de limpieza a cien metros de sus residencias en la calle Sinfonía y en un terreno clasificado de uso deportivo. «De no tener nada a ser un basurero», demanda el vecindario.
Esta situación no suena extraña en el Ensanche de Vallecas, que en su caso riña por el cierre de la incineradora de Valdemingómez al paso que solicita equipamientos básicos. El centro de especialidades se sitúa «en el distrito de al lado» y caminar hasta el hospital les lleva unos veinte minutos a quienes viven en La Gavia y unos cuarenta si el punto de inicio es Valdecarros. Por esta razón, «lo más urgente» para este desarrollo de cincuenta y tres habitantes es un segundo hospital, comptencia del Gobierno regional. Entre sus necesidades asimismo figuran un instituto público que complemente al único actual, la primera biblioteca, el primer centro cultural y un segundo centro deportivo. «Tenemos un pabellón, mas es pequeño y semicerrado», comenta Rosa María Pérez sobre el Juan de Dios Román. En el plano de la movilidad, priorizan un link directo con el centro de la urbe «o cuando menos con Conde de Casal» pues la línea existente «da mucha vuelta». Una plataforma reservada en la carretera de Valencia facilitaría los recorridos, inciden.
Por su lado, la Asociación de Vecinos de El Cañaveral demanda al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso un hospital y instituto públicos y al de José Luis Martínez-Almeida, biblioteca, centro cultural, polideportivo y una segunda escuela infantil. «Han abierto ahora una en el primer mes del año, mas es completamente deficiente. Hace falta, por lo menos, otra más», mantiene su presidente, Marta Llorente. La apertura de un espacio deportivo asimismo les resulta indispensable, puesto que clubes como el de voleibol no pueden adiestrar en pistas profesionales. «Solicitamos poder emplear el polideportivo que nos toca en Vicálvaro, mas no nos lo han dado pues está sobresaturado», cuenta la representante vecinal. Entre las solicitudes de transporte, recuerda la necesidad de mitigar su aislamiento nocturno con un servicio de buses búho del que ahora no gozan y no pasa por alto otro inconveniente asociado a la seguridad vial: la ausencia de semáforos en ciertos puntos que provoca «accidentes todos y cada uno de los días».
Desde Valdebebas se muestran más complacientes con la acción del Gobierno municipal que «en 4 años no ha podido hacer considerablemente más de lo que ha hecho» en un distrito nuevo, mas más afianzado que los precedentes. «Siempre y en toda circunstancia quedan cosas, mas estamos más enojados con la Comunidad por el hecho de que lo que nos fallan son los dos puntales de la educación y la sanidad y el Gobierno regional no ha hecho ninguna encuesta», expone la presidente de su asociación, Mirta Veiga, quien confirma que participará en la consulta ciudadana lanzada desde el Consistorio. «El cuerpo me solicita no participar», contesta Rosa María Pérez, del Ensanche de Vallecas, al comprender que «a un par de meses de las elecciones ya no harán nada». Con todo, las asociaciones coinciden en que, rellenen o no la encuesta y venza un partido u otro en los comicios del veintiocho de mayo, «proseguiremos con nuestras reclamaciones».