Por MDO/E.P.

El preso Galphon G.T., un congoleño de treinta años más conocido como ‘La Bestia de Parla’, se halla en régimen de aislamiento en el centro penitenciario la capital de España III de Valdemoro tras percibir diez partes disciplinarios desde el momento en que ingresó en el centro el pasado siete de noviembre.

La mayor parte de los incidentes son por amenazas, coartes e insultos a funcionarios, por destruír moblaje, por resistencia activa a órdenes y posesión de artículos prohibidos. Conforme fuentes penitenciarias consultadas por Europa Press, en un solo día le pusieron 3 partes. Por el momento, no tiene partes ni por agresión a funcionario ni a otro interno.

Para la Policía Nacional, Galphon es un viejo conocido ya que en el último medio año ha compendiado más de veinta detenciones y antecedentes por agresiones, desórdenes públicos y atentado o desobediencia a la autoridad en las calles de la localidad. No obstante, al tratarse de delitos menores, quedaba en la calle a la espera de juicio mas el último episodio violento de ‘La Bestia’ fue diferente. En su última puesta a predisposición judicial hace un par de semanas, destruyó el despacho del juez, por lo que le mandó a la cárcel a la espera de juicio, en concreto a la prisión de Valdemoro.

Allá, su comportamiento ha continuado siendo incívico y beligerante con los funcionarios, el resto de presos y las instalaciones, por lo que le han alterado múltiples veces de módulo, hasta el momento en que terminó en el de aislamiento, en el que lleva un par de días, «y semeja estar más sosegado», conforme exactamente las mismas fuentes. Ahora, barajan mudarle de prisión por su pésimo comportamiento.

Galphon G.T. ya había estado entre rejas entre dos mil dieciseis y dos mil diecinueve en las prisiones de Ocaña y asimismo en la Valdemoro, mas no se había comportado así. Ciertos funcionarios piensan que, engallado por sus miles y miles de seguidores en redes sociales como TikTok, desea «montar el espectáculo, salir en la TV y que se hable de él». Otros empleados estiman que tiene un trastorno sicológico no tratado. Entre el treinta y cinco y el cuarenta por ciento de los presos españoles sufre alguna enfermedad mental.