Alberto Salto, más conocido como ‘el AS de las Carnes’, y Ganadería Prado Alegre se han unido para impulsar un producto de calidad desde el campo hasta la mesa, controlando y observando todo el proceso desde el origen. Su primer contacto fue mediante Instagram y la conexión entre las dos partes fue prácticamente instantánea.
Cuando Alberto Salto visitó el ambiente en el que se criaban los animales y conoció a quienes lo administran, apostó por establecer una primera cooperación. Tras el éxito de esta cooperación, se ha consolidado la coalición de manera permanente.Esta ganadería, que se halla en Salmoral (Salamanca), es muy renovadora en la crianza del buey y la vaca en España, ya que impulsa y prioriza el bienestar animal, en lo que se refiere a nutrición, salubridad, ambiente, espacio, limpieza y un largo etc. que aseguran, impacta de lleno en el resultado final de la calidad de producto. Tanto Alberto Salto como Ganadería Prado Alegre comparten el convencimiento de que cuanto más y mejor cuidemos a nuestros animales, mejor va a ser su carne.
Alberto Salto apunta que con esta coalición “tenemos el control del comienzo al final, con ganadería propia”. Sus productos estrella son las hamburguesas y los chuletones que se agotan de forma prácticamente inmediata. Es un proyecto basado asimismo en la trasparencia, comentan desde Ganadería Prado Alegre, ya que los clientes del servicio pueden conocer de primera mano de dónde viene el producto, de qué forma viven esos animales, de qué forma se les trata y todo esto aporta un esencial valor añadido. Toda esta información es compartida por medio de sus redes sociales así como muchas otras anécdotas que dejan conocer muy de cerca este proyecto a sus seguidores.
EL SECRETO DE UN PROYECTO FAMILIAR
Ganadería Prado Alegre es un proyecto familiar que nació, en dos mil diecinueve, cuando Irene González decidió dejar su puesto como responsable de marketing en una destacada empresa y dedicarse de lleno al planeta de la ganadería adquiriendo un pequeño terreno en Salmoral (Salamanca). Ahora en dos mil veintitres cuentan ya con prácticamente cien cabezas de ganado y una carne con una alta calidad avalada por profesionales y clientes del servicio, su secreto explica que es “muchísima ilusión, mucho trabajo y esmero y ganas de hacerlo bien”.
Irene González apunta “no sé realmente bien lo que pasó, mas lo que iba a ser un pequeño campo con cuatro animales para gozar con nuestros hijos, se transformó en una ganadería”. Hoy, solo cuatro años después, pueden decir que están compitiendo al límite nivel de calidad cárnica, logrando resultados espectaculares a la altura de los mejores del campo.
Para más información:
https://elasdelascarnes.com/
@elasdelascarnes
@ganaderiapradoalegre