Yo comencé (a jugar al tenis) con una silla de centro de salud y me tomaban por ido. Tras un par de años, al fin me prestaron una para jugar. Cuando ya vi que me agradaba mucho y jugaba más de verdad, me adquirí una a la medida mas, para ese primer paso, lo propio es que te la presten para poder probar».

Daniel Caverzaschi es un tenista paralímpico de veintiocho años que logró posicionarse en dos mil dieciocho como uno de los quince mejores tenistas en su categoría. La joven promesa tenía claro desde bien pequeño que el deporte sería una parte indispensable de su vida, tanto social como profesionalmente.

La discapacidad prosigue siendo el tema tabú y frágil de siempre y en todo momento. Pese a que proseguimos avanzando como sociedad, aún no hemos normalizado ciertas realidades que deberían son parte de nuestra vida: «No soy cojo, soy fantástico«, bromea Daniel.

«Hasta el momento en que hallé la manera para encarar mi discapacidad, pasó un tiempo de prueba y fallo»

El atleta es vencedor de tenis amoldado y, para sorpresa de bastante gente, ha logrado ver «más ventajas que desventajas» en la silla de ruedas: “Se liga más, aparco donde desee, no pago zona azul y no hago colas nunca”, explica entre risas. «Hablando más de verdad», el tenista asegura que la discapacidad le ha proporcionado la capacidad de que “todo sea un reto”, pues las cosas te cuestan más, y eso le forjó un carácter del que se complace y el que no tendría sin su discapacidad.

El tenista apunta que en su caso tuvo «suerte», por el hecho de que en su casa siempre y en toda circunstancia se normalizó la discapacidad: “Yo soy agraciado por la educación que me dieron mis progenitores, pues siempre y en toda circunstancia se normalizó mucho y me trataban igual que a mi hermana”. En el polo opuesto están los que no tienen tanta suerte y a los que la niñez les resulta agotadora. No obstante, Caverzaschi acepta que no siempre y en toda circunstancia fue fácil: «Hasta los diecinueve años llevaba una prótesis de color carne para semejarme al resto y que la gente no se percate de que no tenía 2 piernas. Hasta el momento en que hallé mi sitio en el planeta y la manera para encarar mi discapacidad pasó un tiempo de prueba y error”.

Él se considera un fan del deporte a todos y cada uno de los niveles, pues asegura que «enseña valores». En este sentido, asimismo narra que hay bastante gente que se ve limitada social y físicamente debido a su discapacidad: «He visto demasiadas veces de qué forma bastante gente no sale ni de casa y que de veras están mal. Esto me da mucha saña, y promover el deporte de base es buenísimo, pues creo que va a producir mucho cambio”.

La normalización de la discapacidad

#Valelapierna es la inciativa impulsada por el vencedor paralímpico que pretende normalizar la discapacidad en nuestra sociedad y que puso en marcha en mayo de este año: «Comenzó siendo una gracieta con mis amigos y después me percaté de que el hashtag lo empleaban en las redes sociales con exactamente el mismo objetivo que el mío: normalizar la discapacidad a través del humor”.

El proyecto, avalado por la marca Silbon, está compuesto por 5 modelos diferentes de camisetas que llevan oraciones como «No soy cojo, soy estupendo», «Imperfectamente perfecto” o bien «Fallo cuatrocientos cuatro leg not found», y que pretende colectar beneficios que van a ir destinados en su totalidad a un proyecto del Comité Paralímpico De España. Esta colecta servirá para adquirir material de adaptación que se distribuirá por diferentes centros y asociaciones del país a fin de que cualquiera que desee probar un deporte tenga la posibilidad de hacerlo y su discapacidad no sea un inconveniente.

Para el habitual tenista, el material ya supone una inversión elevada de dinero, mas para una persona que precisa silla de ruedas, el costo es desproporcionado: “Una silla para competir te puede valer cinco.000 o bien seis mil euros”. Por ende, se debe trabajar en el fantasma de la igualdad de condiciones.

Daniel explica que, pese a la discapacidad se normaliza cada días un poco más en este país, «si lo equiparamos con otros países, España va retrasada, pues se ve como algo negativo«.

No obstante, tras una investigación efectuado por el Observatorio de Discapacidad Física, el grado de percepción de discriminación con motivo de discapacidad en España está extendida en un cuarenta por ciento , al tiempo que la media de la UE se halla extendida en un cuarenta y seis por ciento .

A fines de agosto se festejan los Juegos Paralímpicos de Tokyo dos mil veinte, que debieron ser retrasados a dos mil veintiuno a raíz de la pandemia que golpeó el planeta entero. Con esta iniciativa, Daniel resalta 2 pretensiones claras de cara la competición: «La meta era hacer algo ya antes de los Juegos de Tokyo para hacer un llamamiento a quienes nos apoyan desde la distancia, en tanto que este año no va a haber espectadores. Precisábamos hallar algo para sostener el legado de los paralímpicos, que para mí no es solo la parte deportiva, sino tiene un valor esencial para la normalización de la discapacidad”.

Y hace un llamamiento social muy claro: «Solo desde la educación podemos tumbar paradigmas que todavía visten la discapacidad de drama y que imponen diferencias donde no las hay y, si bien no es un camino simple, ¿quién tiene una vida idílica y sin obstáculos?«.