En determinadas circunstancias la aventura empresarial que se comienza con toda la ilusión y las ganas del mundo puede acabar mal y dejando a la persona emprendedora dentro de una espiral de deudas con los acreedores. Pero las deudas no solo las contraen los empresarios, también los empleados pueden sufrir un revés y ver cómo pierden su trabajo, y con ello, su calidad de vida, así como su tren de gastos y obligaciones de pago.
En ocasiones, la pérdida del empleo implica también acabar perdiendo la vivienda, el coche, u otras pertenencias. Se dan casos reales, como el de un vecino de Sevilla que tenía su salario mensual gracias a su puesto de trabajo, pero que, por circunstancias ajenas a él, en el año 2013 perdió su empleo. Esta circunstancia hizo que este ciudadano tuviese que entregar su vivienda hipotecada por no poder pagarla, al haberse quedado sin ingresos. Pero el caso es que tampoco podía pagar la vivienda de alquiler a la que se trasladó tras la entrega de su vivienda en propiedad al banco.
Imposibilidad de pagar las deudas
Sin trabajo y con una deuda cada vez mayor por no poder pagar estos gastos, este ciudadano particular se personó a un despacho de abogados especializado en la tramitación de la Ley de Segunda Oportunidad, con la esperanza de que le pudiesen ayudar y solucionar sus problemas puntuales de deuda. Este despacho es TramiDeudas y en poco tiempo, apenas unos cuatro meses, a pesar de ser un caso complejo, esta empresa pudo ayudar a su cliente a cancelar su deuda de algo más de 80.000 euros.
En el bufete TramiDeudas consiguieron una sentencia favorable a su cliente después de tramitar y presentar los recaudos en el Tribunal de Instancia Mercantil de Sevilla. Todo ello gracias a la aplicación de la Ley de Segunda Oportunidad, que está regulada por el RDL 1/2015 del 27 de febrero.
Cuál es la función de la LSO
Esta ley se conoce también como Mecanismo de Segunda Oportunidad. Es una norma que establece una serie de requisitos y de obligaciones del deudor para permitirle a una persona física cancelar total o parcialmente todos los compromisos de pago que haya adquirido con sus acreedores. De esta manera tendrá una opción de seguir adelante pese a las circunstancias poco favorables que haya podido sufrir. La aplicación de esta ley no pretende anular las deudas totalmente. Habrá casos en los que sí, y habrá casos en los que se establecerá un plan de pagos adaptado a las circunstancias del deudor.
Por supuesto, hay que cumplir unas mínimas exigencias para poder acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad. Serían estas:
- Hay que tener más de un acreedor y declararse insolvente.
- El deudor actuará de buena fe y colaborará en todo lo que proponga el juzgado.
- No se pueden tener antecedentes judiciales por delitos de tipo socioeconómico.
- El deudor no puede haberse negado a trabajar en un empleo remunerado en los últimos cuatro años.
- El importe total de la deuda contraída con los acreedores no puede superar la cantidad de 5 millones de euros.
Funciones de un abogado de segunda oportunidad
Entre las labores de un letrado especializado en el mecanismo de segunda oportunidad están examinar y estudiar a fondo todos los escenarios particulares que trae consigo cada situación particular de insolvencia y plantear distintas opciones dependiendo de cada caso.
Por otra parte, deberá comenzar con el proceso legal, presentando la demanda de concurso en el juzgado de lo mercantil. Mientras dure la tramitación procesal el abogado deberá atender a los informes y solicitudes que demande el juzgado y pedirá la exoneración de las deudas, ya sea total o parcial. También deberá redactar un plan de pagos en función de la situación económica que tenga su cliente y de la que se pueda hacer cargo.