José Luis Martínez-Almeida y Javier Ortega Smith no se sientan cerca de una mesa para la negociación desde el dieciseis de diciembre de dos mil veintiuno, día en que se consumó la rotura terminante entre el Gobierno municipal y Vox. Quien fuera su asociado de investidura dedicó al regidor un segundo «que le vaya bonito» tras un intento ineficaz por convenir los Presupuestos de dos mil veintidos y las relaciones entre los dos han sumado un grado más de tensión cada último martes de mes en el Pleno de Cibeles. Esta semana se van a ver las caras un par de días sucesivos, puesto que mañana se rencuentran en un despacho catorce meses después de la última vez con la mira en llegar a un pacto que desbloquee la tramitación de la modificación de las reglas urbanísticas de la capital de España. En la anterior al encuentro, esta mañana, los dos han vuelto a dar síntomas de un disenso que aún no solucionan a escasos 3 meses de unas elecciones que podrían obligarlos al comprensión forzoso.

Vox se unió a la izquierda el mes pasado de diciembre para tumbar la actualización integral del Plan General de Ordenación Urbana de la villa de Madrid, que data de mil novecientos noventa y siete, cuestionando a coro con el resto de los conjuntos de la oposición la regulación que PP y Ciudadanos proponen para cuestiones tan sensibles para los vecinos como las residencias turísticas, las cocinas industriales o los locales de apuestas. Ortega Smith pidió por carta la semana una asamblea con el regidor para exponerle en persona las condiciones para dar su apoyo al texto, que ya le adelantaba en la misiva, como quitar «cualquier corte ideológico» en el documento, especialmente los referidos a la perspectiva de género y a la Agenda dos mil treinta.

A escasas horas de la cita, Martínez-Almeida ha pedido al líder de Vox que «sea una negociación fiel, de buena fe y buscando lo mejor para los madrileños y no una disculpa para decir que se ha sentado con el equipo de Gobierno». «Espero que a escasos 3 meses de las elecciones no pretenda que sea una tapadera que esconda que Vox ha votado más con la izquierda que con nosotros». Un recelo que sosten en la imposibilidad, a priori, de agradar unas demandas de Vox que se escapan de la capacidad del Consistorio. «No pueden ignorar que hay condiciones que no son competencia del Municipio, como la unanimidad en el campo de la comunidad de dueños -que solicitan para poder implantar pisos turísticos en un edificio-. Nosotros no tenemos competencias para alterar la Ley de Propiedad Horizontal», ha manifestado.

Asimismo ha adelantado el regidor que no van a poder consentir en temas que fuerzan a regresar al comienzo de la tramitación del expediente aduciendo que «entonces no va a dar tiempo a terminarlo y aprobarlo en modo alguno esta legislatura, lo que nos dejaría mandarlo a la Comunidad de la capital de España, y sería inútil el ahínco que se ha hecho hasta el momento». Sin embargo, sí se ha comprometido a lograr un pacto en «todo aquello» que sí este bajo las competencias del Gobierno local. Unas competencias, las de urbanismo, que Begoña Villacís ha reivindicado como propias. «Le quiero decir a Vox que las tiene Ciudadanos, si bien no le agrademos demasiado», ha indicado ya antes de concretar que el encargado del área, Mariano Fuentes, va a estar presente en el encuentro.

Su intervención como intermediario entre los acompañantes no debería descartarse a juzgar por los reproches que los líderes de PP y Vox se han dedicado esta mañana. «Javier Ortega Smith debe hacernos saber si mañana va para disculpar que no se sentó para charlar con nosotros de los Presupuestos y bajar impuestos a los madrileños, si va a sentarse por las críticas que ha recibido de todo el ámbito inmobiliario y urbanístico o si tiene la voluntad de llegar a un pacto», lo ha retado José Luis Martínez-Almeida.

Si el tiempo ya parecía poco favorezco para el comprensión, dada la trayectoria de rifirrafes directos entre los dos políticos que en los últimos meses ha superado las iniciales y se ha adaptado en los ‘contendientes’, la antesala a la asamblea no ha ayudado a encarar la negociación de mañana desde el sereno. Tras oír a escasos pasos la intervención de Martínez-Almeida, el portavoz de Vox ha expresado ya antes los medios que le ha «dolido bastante» la actitud del primer edil. «Qué poca vergüenza que ya antes de una asamblea comience ya a dudar si vamos con una voluntad de buena fe o lo que deseamos hacer es trilerismo», ha afeado al regidor para rematar señalando que en trilerismo, exactamente, «no le voy a dar ninguna lección».

Se ha recreado en su crítica Ortega Smith, profundizando en que «no hay derecho a que una vez que el equipo de Gobierno pretendió colarnos el gol de mil setecientos folios de modificación de las reglas de urbanismo sin que tuviésemos tiempo preciso de estudiarlos, una vez que nos han atacado de la forma más virulenta, lo hemos estudiado, le solicitamos la asamblea y el regidor sale acá y afirma que piensa que esto es una trampa, que no se fía de Vox y que todo esto es un teatro«.

Desde Vox inciden en que sus reclamaciones son «de los pies en el suelo y de manera perfecta posibles» y en ningún caso las consideran «líneas rojas inaccesibles». Así, su aspirante a la Alcaldía intuye un trasfondo electoral en el comportamiento del líder municipal, al que ha aclarado que su partido «piensa en el urbanismo de la capital española y no en la disculpa que tal vez está edificando el regidor de continuar señalándonos cara la campaña electoral de decir que Vox no ha querido aprobar las reglas de urbanismo». «Los madrileños no se merecen que se paralicen los proyectos por los intereses electorales del regidor», ha apostillado.