Por MDO/E.P.
Un ciudadano chino que mató a un compatriota e hirió a otros 3 en una escaramuza en un karaoke de un bar de Usera ha reconocido en el juicio que no se entregó hasta un año y medio después por temor a torturas en la prisión al meditar que había torturas como en los penitenciarios de su país.
La fiscal pide veintiseis años de prisión para el acusado, quien tenía veintitres años en el instante de los hechos, el diecisiete de marzo de dos mil dieciocho. Se le juzga por un delito de homicidio, dos delitos de lesiones con instrumento peligroso y otro delito de homicidio en grado de tentativa. La fiscal y la acusación pide que se le aplique la mitigante de reparación del daño, cuya consecuencia es la aplicación de la pena en su mitad inferior.
Tras la selección del jurado, el muchacho se ha sentado en el banquillo de los acusados, acompañado por un interprete de chino y su letrado defensor. El letrado ha subrayado que su cliente del servicio jamás ha negado que fuera el creador del crimen, mas ha apuntado que no se entregó al estar horrorizada al meditar que el sistema judicial de España era como el de China.
«Le explicamos que eso no iba a suceder y que en España la rehabilitación del reo está acogida. Se entregó y cooperó con la Justicia desde el minuto uno«, ha remarcado el letrado, quien ha pedido al tribunal que minimice el daño causa frente al alegato «visceral» de la fiscal aduciendo que dejó a unos pequeños sin su padre.
En su declaración, el acusado ha contado que el día precedente a los hechos tuvo un accidente con exactamente las mismas personas en Leganés al insultar a su novia pues iban bebidos. Al día después, uno de ellos le llamó para solventar un golpe que habían tenido en el vehículo.
Se presento en el karaoke con un cuchillo y hirió a múltiples personas. A una de ellas le acuchilló en el pecho y murió en el acto. Tras ello, escapó. Se entregó a la Policía año y medio después convenido por su madre, quien le solicitó que lo hiciese por el hecho de que en caso contrario no le volvería a ver. «Creía que en la prisión había torturas como en China», ha señalado.
En la sesión, han comparecido múltiples agentes del Conjunto de Homicidios de la Policía Nacional que participaron en el esclarecimiento de los hechos y en la inspección ocular del local. A su llegada, vieron a los jóvenes gravemente heridos, una escena que muchos han reconocido que no han visto jamás en sus años de carrera por la gravedad de los cortes.
El escrito de la Fiscalía apunta que sobre las 03:23 horas del diecisiete de marzo de dos mil dieciocho, el acusado se vio implicado en una riña con otro conjunto de ciudadanos de origen chino en un bar karaoke de la capital de España.
En un instante dado, sacó un cuchillo y se acercó a L. C. y, «con la pretensión de terminar con su vida, o consciente de la posibilidad de que se generara la muerte», le asestó una puñalada en el tórax, causándole una herida inciso punzante por arma blanca que penetró en el ventrículo derecho del corazón, provocándole un shock cardiogénico e hipovolémico que le causó la muerte.
Ahora, se acercó a S. Y. con exactamente el mismo cuchillo y se lo clavó en la zona del hipocondrio izquierdo, provocándole dos heridas por arma blanca en hipocondrio izquierdo que alcanzaron la cavidad abdominal.
Más tarde, se dirigió cuchillo en mano hasta donde estaba J. W. C., con quien forcejó ocasionándole un traumatismo cráneo-encefálico y heridas incisas complejas en la mano izquierda y, a continuación, le hirió asimismo de dos puñaladas a J. L.
El fallecido, de veintiseis años de edad, deja como familiares más próximos a su mujer X. L. B. con la que convivía, a dos hijos menores y a su hermano L. C..